martes, 23 de octubre de 2012

Relato a una mujer

Relato a una mujer


Acá estoy. Sé quizás seré juzgado por mi breve relato a la mujer, pero quise expresarla. Porque esta aquí dentro de mi mente. Tocando bien al fondo de mi corazón. Quizás no estas lineas no vayan referidas a alguien en particular pero creo que no estamos haciendo reverencias suficientes a lo mas preciado en este mundo. Por ese motivo a falta de hechos están las palabras. 



A veces cuestiono porque tenemos que menospreciar tanto tu presencia mujer. Hay tantas cosas en el mundo. Tantos estúpidos deseos pendientes y yo solo quiero uno. No pido mucho en esta injusta vida, tan solo poder lograr tu felicidad. Para poder apreciar tu belleza íntimamente. Para poder gozar de la suave textura de tu piel. Para poder disfrutar la maravillosa vista que brinda el reflejo de tus ojos. Y yo un simple mortal que cae a tus pies. Siendo víctima total de tus encantos. Si tan solo pudiese compartir unos momentos con tu radiante figura. Si tan solo pudiese disfrutar del resplandor que emana tu felicidad. Quitando el hecho de que la mejor curva de una mujer es su sonrisa. No creo que haya una gesticulación que se asemeje en complejidad a la de tus labios al descubrir tu sonrisa, dejando salir radiantes destellos de perfección. Si tan solo pudiese saborear tus labios color carmesí. Si tan solo pudiese contactar con ellos. Teniendo una sensual charla transitoria y poder viajar así por las galaxias de la locura haciendo latir desenfrenadamente mi corazón. Convirtiéndolos en zumbidos, acelerar mi pulso con el solo contacto de tus suaves manos sobre mi rostro. Esas manos Talladas a la perfección por los dioses. Con las que cada noche alineas las estrellas de mi cielo. Cielo que te debo mujer, por brindar tanta perfección a este degradado mundo. Es cierto que mis quejas no se justifican ya tendría que ser un agradecido por tener conocimiento de la única maravilla del mundo. Digo única ya que todo se vuelve diminuto ante una mujer. Aceptando la hipótesis de que eres de este mundo, bendito sea dios por crear distintos sexos.
Algunas veces, mientras me sumerjo en los profundos sueños del recuerdo, pienso. Razono si conocerte es un castigo o una bendición. Sustentando mis teorías en que me parece la peor condena no poder sacar de mi mente tu imagen cada noche al mirar la luna. Más aun sabiendo que no puedo correr a buscarte y gritarte en la cara lo que está grabado en mi corazón. Bendición, solo un bruto no puede considerarse bendecido de tener trato alguno contigo. Para ser sincero no creo en la perfección. De qué sirve esta descripción si no soy honesto .No creo que seas perfecta. Es que debes tener defectos para poder yo ilusionarme con tenerte. Y para corroborar nuevamente de que perteneces a este planeta. Suena raro pero es aun más fascinante  la manera en que la minoría de tus defectos se alinean con tus virtudes para crear la perfección. Tu imperfecta perfección. Dirán que estoy loco pero es así. Y así lo prefiero. Es muy grande la probabilidad de que mi locura se base en tu existencia.
Creo y espero que no esté olvidando nada. Pero claro está que si comparamos este pequeño detalle con todo lo que he escrito sobre ti, las chances de que haya olvidado quizás lo más importante serian muy grandes. Tan grandes como las de poder corroborar que no existe ser como tú. Y si a caso algún día no vuelvo a verte he aquí una mínima descripción que puedo hacer sobre ti. Podría dar más lujos de detalles pero tengo que volver a soñar pasiones locas con vos. Quizás simplemente tenga ganas de verte.

Martin Mendez .

Autodestrucción




  Autodestrucción

Aquí voy nuevamente. Tratando de desahogarme con un trozo de papel. Como no hacerlo, si es el único que puede entender mis dolencias. El único capaz de escuchar mis mudos gritos de dolor. El único capaz de quitarme estas toneladas de tristeza y remordimiento que cuelga de mis hombros. Tanto le debo a este trozo de papel que me veo en la situación de acudir a él una vez más.

Mi nombre es James Howard, tengo 36 años aunque debido a mi adicción a las drogas y al tabaco luzco una década más grande. Sé que no es la vida que desee pero saben cómo es esto, uno entra y luego no hay forma de salir. Lo único que me queda es mi música y esto. La escritura es lo que calma mis ganas de dejar las drogas. Me gano la vida cantando en distintas calles. Aunque sé que mi música no vale nada. Lo único que ellos tienen es lástima. Lástima de mi crítico estado drogadicto. Lo peor de todo esto es que no pienso cambiar mi forma de ser. Mi vida ya está perdida. Perdida desde aquel día en el que hice negocios con aquel vendedor y me dijo “disfrútala hijo”. Maldito desgraciado, arruino mi vida. Sin embargo es mi mejor amigo.
Mi vida no pasa por más que esas tres cosas. La música, la escritura y lastimosamente la droga.  Mi vida que quien sabe cuanto llegue a durar. Quizás muera mañana o viva unos cuatrocientos años. Quien sabe me pueda recomponer de mi estado crítico o me haga más adicto aun. Lo único que pido es volver a ser adolescente, para poder recomponer todos mis errores. Para no quemar mi dinero en efectivos métodos de autodestrucción. Por lo menos no joder la vida de los demás, porque al fin y al cabo todo mi entorno sufre mis defectos, mis errores, mis adicciones. Quisiera poder tener una mujer a mi lado. Y quien dice uno o dos baroncitos. Ponerme loco cuando mi hija me traiga su novio, si la tuviera. Hay tantas cosas que quisiera hacer. Pero sé que no puedo darme el gusto. Ya mucha gente sufre a costa mía, no pienso seguir dándole el gusto a la maldita droga.

Aquí viene devuelta. Está atacando mis neuronas. Ya hace dos horas consumí el último cigarrillo. Desde el sábado que no me inyecto, y hoy es Martes. Ni se imaginan lo que es eso para mí. Todo un record. Estas desesperadas ganas ya no puedo aguantarlas. Debo dejarte papel, debo ir a auto complacer mi deseos. Debo ir a restarle minutos a mi vida. Todo esto pasa por mi mente. Y la de cualquier adicto. Pero te prometo que volveré, ya que es al único que puedo contarle mis horrorosos gustos sin que me critique. Para seguir relatando mi autodestrucción.

(Luchemos por darle una mejor vida a la humanidad. Ayudemos a nuestro futuro. No luches contra una buena vida con drogas. Lucha contra las drogas con una buena vida. Terminemos con toda esta basura y con quienes la causan. Todas las vidas valen la pena.)
     
Martin Mendez .

lunes, 27 de agosto de 2012

Asesino del amor


Asesino del amor

Aquí me encuentro. Sentado, disfrutando un helado vaso de ron. Este tipo ya me tiene cansado con su discurso de millonario inocente. Piensa que no conozco a tipos como él. Primero te venden el papel de empresario prodigioso pero terminan siendo otra lacra más en esta repugnante sociedad. Por fin me marca mi objetivo. La víctima será, por lo que entendí, un administrador de la empresa rival que estaría vendiendo mierda sobre mi empleador. Recojo los datos de la víctima y me largo un tanto impaciente ya que el asesinato tenía que ser cuanto antes y no debía perder tiempo, por lo cual pienso hacerlo esta misma noche.

Ahora mismo me dirijo a la joyería. Voy a retirar las hermosas sortijas para mi futura esposa. Nos casaremos en abril. Cabe destacar que ella es la única persona a quien puedo rescatar de esta degradada sociedad. Es preciosa. Con su pelirroja cabellera y sus ojos color esmeralda que iluminan mi existencia y mi razón de vivir. Ella es psicóloga y no tiene familia salvo su hermano al cual nunca me ha presentado. Le entrego a la dueña de la joyería el pago adelantado que me había dado aquel chanta hace varios minutos y me voy en mi antiguo porche a mi casa a buscar mis herramientas de trabajo. Deben estar pensando que esta es mi profesión. Pues lamento informarles que no. Mi profesión legal es de contador. En un estudio contable en Givenchi, París.

Nuevamente en mi auto me encamino al lugar donde debería actuar. Ya estoy aquí en posición, voy a desfundar mi rifle de alta precisión .Pero que idiota soy no he traído las municiones necesarias. En este momento estoy dudando en terminar mi misión pero como sabrán es casi un delito para un asesino no terminar un pedido así que tendré que improvisar. Allí está, entró al ascensor del edificio. Es mi hora de actuar. Lo estoy siguiendo mientras me pongo los guantes de cuero.Si debo improvisar, tengo que asegurarme de no dejar huella alguna. Ya nos encontramos en su puerta, es ahora o nunca. Lo golpeo sujetándolo del cuello para que no caiga al desvanecerse. Ya estoy dentro y por suerte nadie noto mi brusca entrada. Pero no tengo el asunto resuelto. El enigma a resolver ahora es:¿De qué manera puedo matarlo?. Gracias a dios. Este cinturón me servirá de gran ayuda. Jamás me creí capaz de hacer esto. Vamos, tengo que ser valiente. Un poco más fuerte, y ya no respira. Bien, ya está muerto, ahora tengo que acomodar todo de tal manera que parezca un suicidio. Bingo!, lo colgaré de este tirante y pondré una silla debajo. Sin dudas necesito unas vacaciones. Acabo de terminar mi obra maestra. Tendría que cobrar el doble de lo que recibo.

Mientras mi adrenalina disminuye debo salir de la habitación disimuladamente y subir a mi auto aunque aun me encuentro un tanto agitado. Debo largarme de aquí. Por suerte ya me encuentro de camino a casa. Pienso en que no me fue tan difícil cumplir con lo pactado. Me tomaré un par de pastillas para disminuir los decibles y disimular mi tardía llegada. Por fin luego de un largo día llegué a mi casa, no veía la hora. Aun no puedo creer la suerte que he tenido. Voy a tratar de no pensar  en ello para que, sin que mi amada se percatara, acostarme con mi tibio y cansado cuerpo en la cama.



Que es ese sonido, si hoy no trabajo. Pensé que era el despertador pero no, es el sonido de la estruendosa ciudad que despierta mi humanidad. Esto es raro, mi prometida no se encuentra pero supongo que habrá salido de improvisto por alguna compra. Tomaré una ducha asi cuando salga me encontrare con su tallado rostros y esbelta figura frente a mi. Todavía tengo algunas manchas de sangre por los golpes emitidos anoche. Por suerte se quitaron con facilidad. Nunca había disfrutado tanto una simple ducha en varios años. Pero algo aun esta mal. Mi mujer todavía no ha arribado. Ya es tarde así que prefiero no desayunar y directamente almorzar. Iré en busca de ella y la llevaré a un lujoso y costoso restaurante.¿Ya he mencionado que manejar es un arte?. Bueno de no ser asi, debo confesar que encuentro esta actividad muy placentera. En estas ocasiones mas aun si es fumando un buen pitillo o difrutando del jazz en su mejor versión. Aun no logro encontrar a mi futura esposa por ningún lado. Quizás haya vuelto a casa sin que la cruzara. De ser así necesito volver y platicar con ella los ajustes de  la boda. Debe estar aqui pero.... ¿Qué diablos es eso? Una patrulla de policía justo en frente de mi puerta. Ya me vieron, me veo obligado a bajar. Por suerte traigo conmigo un viejo revolver si algo se torna denso los asesino y abandono la patrulla en las afueras de la ciudad.

Aquí nos encontramos, los policías y yo. Ahora mismo me están pidiendo que me siente y que tome mucha calma. Estoy empezando a sospechar de que ya me descubrieron y procederán a un interrogatorio para corroborar mi identidad. No puedo escucharlos, el miedo tapa mis oídos. Mientras me hablan voy acercando mi mano izquierda a mi pantorrilla donde siempre escondo por precaución una Coltphyton 357. Pero no voy a sacarla a menos que la ocasión lo disponga. Estoy oyendo con atención y escucho que uno de ellos me habla de adrianne, perdón mi esposa. No lo puedo creer, no puede ser. Mis ojos se llenan de lágrimas mientras busco alguna explicación a semejante tragedia. Porque tiene que sucederme esto a mí. No lo entiendo si tan solo faltaban unas semanas para casarnos. El oficial procede a contarme:"-Su mujer decidió quitarse la vida luego de perder al único miembro de su familia con vida allegado a ella. Y eso no es todo, al parecer el hermano de su prometida se había suicidado con un cinturón, en su propia casa-".

              Martin Mendez .

jueves, 16 de agosto de 2012

El asesino del bléiser azul


El asesino del blazer azul

Bajó del tren sudando. No llevaba ropa en exceso así que supuse que se encontraba en una situación algo incomoda. Pero claro que iba a hacer yo, un simple guardia de calle. En ese instante de desprecio hacia mi trabajo, tuve la impulsiva idea de seguir a este individuo. Le dije a mi colega situado en la esquina siguiente que me haga de campana por si ocurría algún disturbio mientras no estaba.

Por varios minutos lo busqué en toda la cuadra. Mi cuadra, en la calle Creems, de un pueblo situado en Chicago, preguntando a los civiles si lo habían visto, pero nadie supo darme paraje de aquel alto y corpulento hombre. Luego de mi frustrada persecución y tras reprocharme la estúpida idea de querer perseguir a una persona que quizás solo estaba acalorada, me dirigí al baño resignando la búsqueda. Mientras lavaba mi cara noté que en el interior del segundocompartimento una escalofriante escena habia sido llevada a cabo. Aqui encontraba la parte inferior de un cuerpo humano. Si, pero sin rastros de sangre ya que el atacante lo había dejado aquí inteligentemente para limpiar todas sus huellas con el agua que corría debido a las rotas tuberías situadas en el compartimento. Inmediatamente llamé a la policía, los que como hormigas invadieron la calle pero sin encontrar rastro alguno del autor de semejante atrocidad.

Luego de varias semanas de ardua investigación la policía dio por perdido el caso, y ningún otro hecho sobrenatural como el de aquella tarde de abril se nos había presentado. Fue entonces cuando volví a ver ese extraño hombre que otra vez se encontraba muy apresurado. Intentando anticiparme a los hechos me dirigí cuanto antes al baño y desfondé mi barrote de seguridad. Mientras me encontraba casi temblando detrás de la puerta del baño, se sintió de fondo un grito de espanto y horror. Aun más rápido de lo que había llegado, salí del baño y me encontré con una multitud que intentaba observar algo en un local. Escurriéndome entre la curiosa gente pude arribar al lugar de donde provino aquel estruendoso grito. Al llegar al lugar de los hechos note que se trataba de un gimnasio matutino situado justo al lado del baño donde me encontraba. Allí se encontraba situada la infernal figura que describía otro atroz asesinato. Ocultado por las mancuernas de 20 kg se encontraban los brazos de un cuerpo humano que al parecer coincidían con la oarte inferior encontrada algunas semanas atrás en el baño público. Fue aquí cuando en mi cabeza se hizo una laguna de preguntas y respuestas que no llevaban a ningún lado. En mi mente no podría descifrar como actuaba el asesino y porque cambiaba de escenario.

Luego de varias semanas sin hallar rasgos, la policía no cerró el caso debido al miedo a un nuevo hallazgo pero si dejo de insistir tras la frustración que astutamente el asesino había logrado en la policía. No obstante yo seguí sin bajar mi guarda, más aun cuando la policía sí lo hizo. Cabe explicar que deduje que el asesino actuaria una vez apaciguadas las aguas. Y para corroborar mi teoría a lo lejos divise el sombrero y el blazer del hombre quien para mi seria el primordial sospechoso. Aquel que siempre se encontraba un tanto apresurado, tal como en esta ocasión. Rápidamente puse en funcionamiento las dos cámaras de seguridad que audazmente coloqué tanto en el baño como en el gimnasio. Solo era cuestión de descubrir donde iba a proceder a dejar el siguiente “paquete” este misterioso asesino, y atraparlo. Allí estaba nuevamente en el baño, si bien su torso no se distinguía ese sombrero era inconfundible. Casi como un fondista de los juegos olímpicos, llegue a baño fugazmente siempre con mi garrote en mano procedí a detener al hombre. Tras sacarle el sombrero y verlo personalmente reconocí que su conjetura física no se parecía en nada con el de mi objetivo.

 Fue entonces cuando volví a escuchar ese sonido que paralizó mi cuerpo por completo. Otro desgarrador grito hizo que mis entrañas se retorcieran de ira e impotencia. Esta vez había sido en el centro de depilación que se encontraba justo al lado del gimnasio matutino donde había sido descubierto el último crimen. Aquí yacía tan solo el torso de la misma persona ejecutada anteriormente totalmente desnudo pero como era común en el asesino totalmente limpio y sin rastros de nada. Interrogué a la recepcionista del complejo y me afirmó haber visto a un hombre de blazer azul y gorro color frappé. Ya sabía quién era el culpable pero no lo informé a la policía debido a que “el hombre del blazer”, así catalogué al asesino, actuaría solo cuando la policía no estuviese cerca.

Luego de varias semanas una vez finalizado el tercer operativo en menos de tres meses llego la hora de atrapar al asesino. Sabía dónde iba a atacar o mejor dicho donde dejaría la ultima parte del cuerpo que le restaba. Era en la cafetería, era totalmente lógico y comprensible y tengo que admitir que me sentí un tanto estúpido al no haberlo descifrado antes. Días antes me senté a reflexionar y a leer libros sobre asesinatos. Estos describían que los asesinos en serie, suelen atacar por un objetivo común o por un lugar común de los hechos. Y además nunca terminan un trabajo por la mitad por más tiempo que les lleve. Fue entonces cuando navegando en el mar de mis pensamientos me percaté de que los trozos de cuerpo fueron encontrados en locales que se encuentran de manera consecutiva es decir uno al lado del otro. En ese momento descubrí la manera de atrapar al asesino. Me encontraba muy nervioso, sabía que me iba a encontrar con una persona sumamente peligrosa quien podía estar dispuesto a cualquier cosa para cumplir su objetivo. Pero no podía acobardarme ahora. Ya tenía el caso en mis manos. Así que inflé mi pecho de valentía y espere el momento en que el hombre del blazer apareciera.

Allí estaba Por fin había llegado la hora. Luego de varios vistazos al bléiser azul y asegurándome de que era él para no cometer nuevamente el mismo error, salí disparado para la cafetería. Una vez en la entrada una adolecente me dio uno de esos papeles de publicidad incoloros que mencionan los locales situados en la calle, los que suelo tirar. Sin embargo en un acto de solidaridad, lo guardé en mi bolsillo y espere sentado pasivamente pero siempre con la mano en el mango de mi bastón. Ordene algo para tomar como para disimular la escena y no escandalizar demasiado a la gente. También tome la decisión de ponerme a escribir algo para lograr mayor discreción. Fue allí cuando saque un bolígrafo y el papel que aquella dulce puberta me había entregado tan amablemente. Por esas casualidades de la vida leí minuciosamente los locales auspiciados en la publicidad y fue en ese instante que mi cara tomo un color totalmente pálido. Mis pulsaciones aumentaron increíblemente. Mis manos tiritaron por unos segundos. Todo eso debido a que él me había superado una vez mas. Esta vez sería la ultima y definitiva ya que su trabajo estaría terminado. La publicidad marcaba cada uno del lugar de los hechos primero el baño público donde dejo la parte inferior del cuerpo humano. Lógicamente donde más usarían sus partes inferiores las personas. Segundo los brazos, en el gimnasio claro factor de que las mancuernas señalaban que el local se veía totalmente relacionado con las extremidades y por último el torso totalmente depilado en el centro de depilación. Cada parte del cuerpo fue encontrada en su local correspondiente
Misterioso retrato retro hombre Foto de archivo - 5660719

Así mis ojos se llenaron de lágrimas al saber que la última parte del cuerpo que faltaba era la cabeza. Consecuentemente oí lo que ya era un rutinario grito en mi cabeza. La decepción invadió mi cuerpo, pero no me sentía ajena a ella ya que la había sentido en anteriores ocasiones. Era un grito demoníaco que provenía de la peluquería de en frente.   


Martin Mendez .

jueves, 26 de julio de 2012

La Felicidad

La Felicidad

Este no va a ser otro simple relato como el que estoy acostumbrado a hacer. Voy a explayar mi mente. Voy a llevarla a los horizontes perfectos donde el único bienvenido allí es el silencio. Voy a hacer un intento de explicar en estas palabras en qué consiste lo que tanta gente busca pero en la mayoría de las veces fracasa. Y los que logran llegar a ella no terminan de conseguirla en su totalidad. Allí es donde intentaré  llevarlos en este breve retrato. Quizás ustedes piensan que hablaré únicamente  de ser feliz en sentido de las emociones y de esos estúpidos sentimientos que se sienten al ser feliz, que trataré de convencerlos con simples frases para que sigan leyendo, pero como veran no será así.

La felicidad no es un término fácil de definir. Si bien es un sentimiento está compuesto por diversos factores. El ser feliz es tan fácil que se vuelve complicado. Para ser feliz no hay una receta indicada a seguir, sino que cada uno tiene su propia forma de llegar a la felicidad. Para esto tiene que superar la prueba más difícil: conocerse a sí mismos. Con esto me refiero a que uno tiene que saber qué es lo que lo hace feliz, y con oídos sordos, pero sin cerrar los ojos para no estrellarse en el camino, ir tras eso que lo hace feliz.

En caso de no llegar al destino que deseas, al terminar el fallido intento descubres que quizás esa no es tu felicidad. Es ahí donde precisas del tiempo para comprender que es lo que tienes que hacer para ser feliz. Aquí es donde el ser humano vuelve a fracasar y se hunde en esta triste sociedad donde cada uno hace las cosas que no le gustan y a lo que no están destinados y se esconden tras esa falsa pared que no los deja avanzar.

Algunos tienen suerte de encontrar otra persona la cual les de ese tiempo que necesitan para ser feliz. O aunque sea para darse cuenta que es en verdad lo que los hace felices. Es allí donde el amor juega un papel muy importante en la felicidad. El amor diría que es el pulmón de la felicidad, donde se puede encontrar aire nuevo y renovado para seguir adelante. Es por eso que para hallar la persona ideal para que te acompañe el resto de tu vida tienes que tener en cuenta tanto tu felicidad como la suya y es implica necesitar del otro para ser feliz. Otras personas caen en la desgracia de conocer gente que les dicen que nunca alcanzaran sus sueños, quizás porque ellos no alcanzaron los suyos. A eso me refiero al decir que hay que hacer oídos sordos. Si tienes un sueño que sabes que te hará feliz corre tras él como un desquiciado. Y no pares hasta conseguirlo.

Para concluir la felicidad es todo esto que acabo de redactar quizás pueden agregarse otras cosas pero no son tan indispensables. Ser feliz es estar donde uno quiere. Con quien uno quiere. Haciendo lo que uno quiere. De la manera que uno quiere hacerlo. Cada uno somos responsables de nuestra felicidad. Nosotros forzamos nuestro destino para ser felices. Es por eso que debes correr. Corre tras tus sueños y se feliz. Es el mejor regalo que te puedes hacer.

  Martin Mendez .

jueves, 12 de julio de 2012

Yasmin


Yasmin


No quiero ser inoportuno ni mucho menos desmerecer el poder que tenemos las personas. La valentía con la cual somos capaces de levantarnos tras una dura caída y seguir tirando en este largo camino. Esa fortaleza que nos hace casi inmortales ante cualquier obstáculo que nos pueda poner esta dura vida. Pero desgraciadamente no todas las personas carecen de este don.

A veces me pregunto qué sería de las aves si no pudiesen volar. Se verían encerradas. Este planeta seria como su cárcel de la cual no pueden escapar. Suelo tener estos sueños en que la libertad se termina de la manera más injusta. Hablando con propiedad más que sueños son pesadillas, ya que no hay mayor vulgaridad que sacarle la libertad a un ser vivo.

Por desgracia, me tocó presenciar una de mis peores pesadillas. Fui testigo del encarcelamiento de un alma tan valiosa como única. Se llamaba Yasmín. Era más bien baja y de tez perfectamente rosada. En sus rostros esos dos inmensos faroles celestes capaces de alumbrar las tristes noches de aquel abril. Si bien tenia ojos únicos eran tan perfectos que eran delatores de sus sentimientos. Su tristeza podía sentirse a miles de kilómetros. Era un alma tan alegre que al sentirse triste el sol no brillaba en su totalidad, la luna se veía tapada por las nubes y mi alma sentía una gran desazón.

Mi relación con ella no tenia vinculo físico alguno ya que no la había conocido personalmente. Pero si había hablado con ella. Siempre en ingles ya que era el único idioma en común que los dos teníamos. La conocí gracias a mi mejor amiga que a su vez era la mejor amiga de ella. Al principio nos costaba interactuar debido a la timidez que teníamos los dos. Tras el pasar del tiempo fuimos entrando en confianza e impulsados por nuestra íntima en común comenzamos a llevar una relación un tanto peculiar. A pesar de ser radiantemente hermosa tengo que admitir que lo más fascinante de ella era como se mostraba. Su sencillez en su forma de ser.

Llegó el día. El día en que mi pesadilla se volvió realidad. De la peor forma y a la persona que menos deseada. En una de esas largas charlas con mi mejor amiga, inevitablemente descubrí que su quebrantada voz se iba hundiendo cada vez más en su tristeza y remordimiento. Casi obligándola a contarme la causa de su malestar soltó los sucesos que causaron un shock inmediato en mi.

Luego de varios minutos sin decir una palabra, cuando tuve que creer lo que mis oídos habían escuchado, comencé a reflexionar el porqué. Esa maldita causa que al parecer en tales circunstancias; como un padre puede transformar a su propia hija en prisionera de una religión. Como si eso fuese poco lo más drástico es que lo ha hecho de una manera totalmente violenta y represiva.
Luego de este espantoso episodio pude predecir lo que iba a suceder. Yasmín dueña de aquella radiante figura y de aquel enorme corazón se encontraba más fuerte que nunca. Sin agachar la cabeza había seguido más allá de estar destinada por su religión a vivir en otro país. Siguió con su vida demostrando lo fuerte que un ser humano puede ser. Este para mí es un ejemplo de vida. Este ejemplo de mujer, es el que necesitamos hoy en día. Sin rencores ni odio hacia a nadie asumió sus responsabilidades  y nunca cambió su forma de ser. Y como comencé mi relato deseo terminarlo. No quiero ser inoportuno ni mucho menos desmerecer a las personas. Pero creo que personas así que pueden resolver mi mayor miedo. El de no poder volar libremente. Esas son personas diferentes son  por las cuales hay que luchar.


(Basado en una historia real. Homenaje a Yasmin Rafe. Persona a quien admiro enormemente por su fortaleza y valentía. Fuerza Yas, seguí adelante).

Martin Mendez .

miércoles, 20 de junio de 2012

Enferma necedad


 Enferma necedad

Trato de vivir mi vida como puedo. Cuando el dolor cesa me gusta disfrutar del tango en su mejor versión, el arte en sus mejores retratos y el vino en sus mejores cosechas. Cuando el dolor del pecho no hace tiritar mi sistema nervioso, trato de disfrutar las bellezas que nos otorga este fabuloso mundo. Quizás sea una privilegiada en el arte de disfrutar ya que es lo único que puedo hacer. Lastimosamente debido a la enfermedad terminal que tiene mis días contados. Este cáncer de pulmón que trato de llevar de la mejor manera posible, si se lo puede llamar bueno al conocimiento cuando vas a morir.

Hace seis meses atrás aproximadamente, conocí a un hombre de tez morena, alto con un muy buen físico y muy apuesto. Su nombre era Philip. Al principio era solo un conocido, está claro decir que mi enfermedad me ha marginado un poco de la sociedad. Al pasar el tiempo fuimos conociéndonos y fue la única persona que me hizo sentir una persona común y corriente, como cualquier otra. Luego de una serie de interrogaciones de mi parte y sin desmantelar mi triste verdad comenzamos a salir.

Fueron los mejores tres meses que cualquier romance pudo haberme regalado. Solíamos escuchar tangos juntos, pintar y admirar obras de Picasso, Rafael, Poussin entre otros. Y descubrí en mí, un peculiar gusto por el vino blanco que tenía oculto. Sin dudas, él era el hombre que tanto hubiese querido tener por el resto de mi vida.

Lastimosamente era muy perfecto para ser verdad. El romance llego a su fin de la peor manera. Una mañana, en la que la noche anterior la habíamos pasado en su casa; mientras Philip tomaba una ducha, decidí ayudarle haciendo una limpieza general sobre el pequeño departamento donde se hospedaba mi enamorado. Mientras limpiaba uno de sus muebles el cual tenía hermosos retratos de él, encontré una especie de cajón con una serie de libros. Leí minuciosamente los títulos tales como: la mejor manera de decir adiós, el emperador de los males, eterna felicidad. En ese momento mis ojos se llenaron de lágrimas, y enrojecidos no querían creer lo que estaba viendo. Me fui sin hacer mucho ruido para que él no lo notara, dejándole una nota que decía que no trate de contactarme que sería inútil ya me había hecho mucho daño sin ni siquiera decir una palabra. En el transcurso que me tomó llegar a mi hogar preguntaba llena de impotencia; como es que se enteró o con qué clase de psicópata pervertido estuve tratando. Hasta llegue a pensar en que me tenía lastima de mi. Llegué a mi casa, desconecte el teléfono. Con pasos débiles y murmurosos subí a mi alcoba y me encerré allí por varios días. Sentía que el dolor en mi pecho era incesable que todo el mundo se caía a pedazos.

Luego de dos meses sin tener cualquier tipo de contacto más que con el cajero del mercado que se encontraba a unos metros de mi casa, recibí una carta. La carta parecía un tanto alegre supuse que provenía de algún pariente invitándome a alguna de sus estúpidas fiestas de cumpleaños. Entonces me dispuse a abrirla. Leí con mi mayor atención al saber que se trataba de Philip. Ésta fue escrita por el mismo; era obvio porque poseía de fondo una obra del famoso pintor Leonardo, la manera tan festiva en la cual se presentaba y el aroma que esta traía lo delataban. Era una invitación, una invitación a su propio funeral. En completo estado de shock me hice la misma pregunta que se estarán haciendo ustedes. La respuesta quizás es que él ya sabía la fecha de su muerte.
Quizas aquellos libros eran para mí sino para su propio estado psicologico.


Martin Mendez .

Falso Abril


Falso Abril

Ella sin dudas era una de las chicas más lindas, claro está que en la edad de la pubertad se suele decir eso con frecuencia, pero esta vez estaba muy seguro de que era así. Su larga cabellera rubia, sus llamativos ojos celestes y su figura, un tanto baja pero delicadamente esbelta.
La vi por primera vez caminando en el centro. Ella sin perder el paso de sus amigas me siguió con la vista y yo, embobado por tan radiante perfección y esa hermosa sonrisa que iluminaba aquella fría noche de abril, quedé inmóvil viéndola. Nuestras miradas se entrelazaron por unos segundos hasta perdernos en la multitud de la gente. Seguí caminando con esa hermosa figura en mi mente. De hecho no pude seguirla ya que tenía que acompañar a mi amigo del alma, de esos con los que uno puede confiar cualquier  todo, a los que uno puede llamar hermano. Él tenía que encontrarse en veinte minutos con una chica por lo cual no podíamos retrasarnos.
Luego de varios días de soñar con ella pude contactarla. Estaba entusiasmado por hablar con ella, aunque también los nervios atacaban mi estomago. Nuestra relación iba mejorando aunque tan solo éramos conocidos, tengo que confesar que se me escapó algún que otro piropo que ella agradecía cordialmente.
Fue pasando el tiempo, y a raíz de que nuestra relación mejoraba y mostraba intimidad, decidí dar un paso adelante. A declararle mis sentimientos. Expresar abiertamente lo que mi corazón a gritos mudos trataba de decir cada vez que estábamos juntos.
Inflé mi pecho, tome el auto de mi padre sin que este se diese cuenta y me dirigí al bar donde sabía que todos los sábados a las nueve se reunía con sus amigas. Llegué al bar bien vestido, estacioné apresurada pero correctamente el auto y bajé con una firme fachada asegurándome que mi ropa estuviese bien acomodada.
Entré al bar y todos me miraban; con envidia por parte de los caballeros  y con encanto por parte de las damas. Subí al segundo piso donde se encontraba ella.

En menos de 5 segundos mi estado emocional se desplomó por completo y una gran decepción invadió mi mente. Pegué la vuelta y subí al auto dando un portazo que rajó la pintura. Mientras manejaba de regreso a mi hogar aumentando cada vez más la velocidad debido a la rabia que desataba mi corazón destrozado, reflexionaba;  hasta que punto de falsedad pueden llegar las personas.

Esa tarde luego de que mi furia cesara, mire el lado positivo de aquella lastimosa experiencia. Esa tarde no perdí a la chica de la cual estaba enamorado sino verdaderamente desenmascaré a quien creía uno de mis mejores amigos, a quien creía uno más de mis hermanos.


Martin Mendez .

Retrato de una pasión


Retrato de una pasión

Este sentimiento cada día crece más. Cada vez que te veo, por más que sufra, me angustie o me revuelque de felicidad. Éste sentimiento no tiene inicio, claro como lo va a tener si nunca tendrá un final. Más allá de esta vida te seguiré amando con este corazón enfermo que tiene una banda roja impregnada en él.

Mediante estas palabras estoy tratando de hacer un plagio. Un plagio de lo que mi alma grita en mi cabeza cada vez que te veo. Quizás no se aproxima ni un poco pero simplemente tengo que decir que te amo♥.

Tanto agradezco a mi padre por haberme hecho de River. Desde chico este amorío fue nutriéndose de alegrías. Tantas vueltas en ese coliseo de gladiadores. Tantas alegrías te debo, que mis deudas serán infinitas hasta mi defunción. Así procuré de la cuna hasta el cajón.

La gente critica a los que tienen un amor así. No quiero ofender a nadie, mucho menos causar revuelo, pero me dan mucha lástima; nunca entenderán verdaderamente lo que es una pasión. Nunca podrán sentir esta adrenalina que corre por mis venas cada vez que te veo salir por ese mágico túnel. Ese increíble momento en el que pisas el césped y el estadio parece que se cae a pedazos. Los gritos ensordecedores de los enamorados de la banda. Ni hablar cuando el esférico toca el fondo de la red rival. Todo se vuelve alegría todo se pinta color rojo y blanco. El rojo y blanco del más grande. Mejor no hablemos de la gloria eterna, en la que somos los más experimentados. Esas lágrimas de alegría que caen en los hinchas como yo. Esas lágrimas que vuelven a expresar el amor a mi camiseta.

Ojalá algún día llegue a vestir tus colores. Mi pasión es el futbol pero todo gracias a vos, con vos entendí el significado de este maravilloso deporte. A veces me pregunto que sería mi vida sin vos. Y en un breve pensamiento maquiavélico, creo que no podría vivir.

Por más que te encuentre en el mayor estado crítico tengo que admitir que eres la sangre que corre por mis venas. Sí, yo soy de River no habrá otra explicación para este sentimiento. Nací con la banda millonaria pintada en el pecho y mi cajón así será; Blanco en su totalidad  con la banda de los amores atravesándolo de punta a punta. Te amo River Plate .


Martin Mendez .






El veneno de tu amor


El veneno de tu amor


El dolor consume mis entrañas. La desgraciada suerte me ha jugado una mala pasada. Mis brazos se debilitan. Mis piernas se duermen por completo. Mi torso es insensible hasta  al tacto de la más filosa lanza. De repente comienzo a pensar en todas las personas que más quiero. Quizás esta sea la última vez que lo haga. Este maldito veneno que corre por mis venas, que esta matándome lentamente cuando lo que más quería era que lo haga de manera rápida y repentina.

Me encuentro en la ambulancia. Los paramédicos tratan de reanimar mi cuerpo pero es inevitable. La sangre que antes fluía ahora comienza a perderse a través de miles de agujeros que marcan mi ya destinada muerte. Los hematomas producidos en mi cabeza son ya imposibles de desinflamar. Comienzo a recordar las mejores experiencias que he vivido. Para aunque sea olvidar por un momento el dolor y morir en paz.

Susurre a uno de los médicos de la ambulancia que cuidase de mi hijo muy atentamente. Y que le digan que morí de un accidente. Que todo estará bien. Que estoy orgulloso de él. Y a mi dulce niña que nunca use polleras acortadas. Cada vez que tenga que salir, que se ponga una chaqueta y que nunca se la quite.



Para concluir dile a mi enamorada que la quise, pero ella causó todo esto. Ella causó este veneno que hoy acaba con mi vida. Ella causó todo este odio y este rencor dentro de mí. Ella seguro me entenderá. Lo que estábamos viviendo ya no era vida. Era obvio que yo saldría perjudicado, siempre fui el más débil. Ella implantó en mi corazón este maldito veneno. 

Por ultimo ella fue quien me enseñó la torre Eiffel por primera vez. Esa maravillosa torre de sueños parisienses. Donde posaban mis más valiosos recuerdos. Con esa hermosa escultura y su impresionante altura que deja en miniatura a cualquier dios. A propósito, nunca pensé que fuese tan larga la caída desde su punto más alto. . . 


Martin Mendez .

Semáforo

Semáforo



Hermoso día de otoño, las hojas que caen caudalosamente pintando las calles de color café. Hacían ya 30 minutos que me hallaba viajando hacia la capital en un colectivo repleto de gente que se atemorizaba por la rapidez imprudente la cual alcanzaba el chofer.
Era una mañana explendida excepto por odisea que estábamos obligados soportar. La parada estaba cerca podía verla, se encontraba a una o dos cuadras. En ese instante una patrulla que había estado siguiéndonos con gran dificultad obligó al chofer a detenerse y a bajar a todos los pasajeros. Las personas, entre agradecimientos y groserías de cualquier tipo hacia el oficial, se echaron a caminar como ganado en pleno centro. Yo, con un poco más de suerte solo tenía que caminar dos cuadras. Aunque como descubrirán no seré tan afortunado.
La vereda se encontraba en muy mal estado, como si haya sido víctima de alguna huelga. De repente pasé por enfrente de una casa vieja, y muy rasgada, pero no deshabitada. Faltaban tan solo unos metros para llegar al semáforo que marcaría mi vida.
El semáforo estaba en rojo y me impedia el paso, fue allí cuando todo se oscureció y el ruido proveniente de la ruta se enmudeció. Luego de varias horas tome conciencia luego de que un balde de agua empapara mi humanidad. En ese instante quede petrificado, mas allá de que no podía moverme tras estar fuertemente amarrado a una silla. El horror fue causado por el rostro de mi atacante. Ése rostro que había condicionado mi reputación. Él era un contador retirado, cabe destacar que debido a mi más irresponsable acto varios años atrás. Fue una noche de abril, yo volvía de una fiesta en mi auto con un alto nivel de alcohol en sangre. Desgraciadamente embestí su camioneta familiar que yacía a un lado de la carretera. En dicha tragedia asesine a toda su familia, compuesta por su esposa y sus tres hijos.


Volviendo al lugar de los hechos, recuerdo todo a la perfección: Un poco confundido distinguí a mi secuestrador hablando por teléfono muy excitado como si hubiese cometido algún crimen. Luego introdujo el celular en mi bolsillo, desenfundó un revolver antiguo pero eficaz y susurro a mi oído-“no voy a matarte, solo sufrirás lo que he sufrido yo durante todos estos años”-.
Aquí me encuentro en la correccional nº14 condenado a cuarenta años de prisión, reflexionando sobre la injusta justicia de estar preso, preso por homicidio culposo a mano armada y no por homicidio múltiple. Pensando si tan solo ese maldito semáforo, que me impidió el paso, hubiese estado en verde.


Martin Mendez .