El veneno de tu amor
El dolor consume mis entrañas. La desgraciada suerte me ha
jugado una mala pasada. Mis brazos se debilitan. Mis piernas se duermen por
completo. Mi torso es insensible hasta al tacto de la más filosa lanza. De repente
comienzo a pensar en todas las personas que más quiero. Quizás esta sea la
última vez que lo haga. Este maldito veneno que corre por mis venas, que esta
matándome lentamente cuando lo que más quería era que lo haga de manera rápida y repentina.
Me encuentro en la ambulancia. Los paramédicos tratan de
reanimar mi cuerpo pero es inevitable. La sangre que antes fluía ahora comienza
a perderse a través de miles de agujeros que marcan mi ya destinada muerte. Los
hematomas producidos en mi cabeza son ya imposibles de desinflamar. Comienzo a
recordar las mejores experiencias que he vivido. Para aunque sea olvidar por un
momento el dolor y morir en paz.
Susurre a uno de los médicos de la ambulancia que cuidase de
mi hijo muy atentamente. Y que le digan que morí de un accidente. Que todo
estará bien. Que estoy orgulloso de él. Y a mi dulce niña que nunca use
polleras acortadas. Cada vez que tenga que salir, que se ponga una chaqueta y
que nunca se la quite.
Para concluir dile a
mi enamorada que la quise, pero ella causó todo esto. Ella causó este veneno
que hoy acaba con mi vida. Ella causó todo este odio y este rencor dentro de
mí. Ella seguro me entenderá. Lo que estábamos viviendo ya no era vida. Era
obvio que yo saldría perjudicado, siempre fui el más débil. Ella implantó en mi
corazón este maldito veneno.
Por ultimo ella fue
quien me enseñó la torre Eiffel por primera vez. Esa maravillosa torre
de sueños parisienses. Donde posaban mis más valiosos recuerdos. Con esa
hermosa escultura y su impresionante altura que deja en miniatura
a cualquier dios. A propósito, nunca pensé que fuese tan larga la
caída desde su punto más alto. . .
Martin Mendez .
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