jueves, 12 de julio de 2012

Yasmin


Yasmin


No quiero ser inoportuno ni mucho menos desmerecer el poder que tenemos las personas. La valentía con la cual somos capaces de levantarnos tras una dura caída y seguir tirando en este largo camino. Esa fortaleza que nos hace casi inmortales ante cualquier obstáculo que nos pueda poner esta dura vida. Pero desgraciadamente no todas las personas carecen de este don.

A veces me pregunto qué sería de las aves si no pudiesen volar. Se verían encerradas. Este planeta seria como su cárcel de la cual no pueden escapar. Suelo tener estos sueños en que la libertad se termina de la manera más injusta. Hablando con propiedad más que sueños son pesadillas, ya que no hay mayor vulgaridad que sacarle la libertad a un ser vivo.

Por desgracia, me tocó presenciar una de mis peores pesadillas. Fui testigo del encarcelamiento de un alma tan valiosa como única. Se llamaba Yasmín. Era más bien baja y de tez perfectamente rosada. En sus rostros esos dos inmensos faroles celestes capaces de alumbrar las tristes noches de aquel abril. Si bien tenia ojos únicos eran tan perfectos que eran delatores de sus sentimientos. Su tristeza podía sentirse a miles de kilómetros. Era un alma tan alegre que al sentirse triste el sol no brillaba en su totalidad, la luna se veía tapada por las nubes y mi alma sentía una gran desazón.

Mi relación con ella no tenia vinculo físico alguno ya que no la había conocido personalmente. Pero si había hablado con ella. Siempre en ingles ya que era el único idioma en común que los dos teníamos. La conocí gracias a mi mejor amiga que a su vez era la mejor amiga de ella. Al principio nos costaba interactuar debido a la timidez que teníamos los dos. Tras el pasar del tiempo fuimos entrando en confianza e impulsados por nuestra íntima en común comenzamos a llevar una relación un tanto peculiar. A pesar de ser radiantemente hermosa tengo que admitir que lo más fascinante de ella era como se mostraba. Su sencillez en su forma de ser.

Llegó el día. El día en que mi pesadilla se volvió realidad. De la peor forma y a la persona que menos deseada. En una de esas largas charlas con mi mejor amiga, inevitablemente descubrí que su quebrantada voz se iba hundiendo cada vez más en su tristeza y remordimiento. Casi obligándola a contarme la causa de su malestar soltó los sucesos que causaron un shock inmediato en mi.

Luego de varios minutos sin decir una palabra, cuando tuve que creer lo que mis oídos habían escuchado, comencé a reflexionar el porqué. Esa maldita causa que al parecer en tales circunstancias; como un padre puede transformar a su propia hija en prisionera de una religión. Como si eso fuese poco lo más drástico es que lo ha hecho de una manera totalmente violenta y represiva.
Luego de este espantoso episodio pude predecir lo que iba a suceder. Yasmín dueña de aquella radiante figura y de aquel enorme corazón se encontraba más fuerte que nunca. Sin agachar la cabeza había seguido más allá de estar destinada por su religión a vivir en otro país. Siguió con su vida demostrando lo fuerte que un ser humano puede ser. Este para mí es un ejemplo de vida. Este ejemplo de mujer, es el que necesitamos hoy en día. Sin rencores ni odio hacia a nadie asumió sus responsabilidades  y nunca cambió su forma de ser. Y como comencé mi relato deseo terminarlo. No quiero ser inoportuno ni mucho menos desmerecer a las personas. Pero creo que personas así que pueden resolver mi mayor miedo. El de no poder volar libremente. Esas son personas diferentes son  por las cuales hay que luchar.


(Basado en una historia real. Homenaje a Yasmin Rafe. Persona a quien admiro enormemente por su fortaleza y valentía. Fuerza Yas, seguí adelante).

Martin Mendez .

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